A veces pensamos que adelgazar es un proceso difícil, arduo y hasta doloroso (psicológicamente hablando). Sin embargo, si hacemos sencillos cambios en nuestros hábitos alimenticios, podemos perder kilos de más sin grandes sacrificios.
A continuación, algunas recomendaciones en ese sentido:
- No es bueno dejar de comer alguna de las comidas del día. Lo lógico es distribuir la comida diaria en 4 ò 5 tomas de menor volumen, sin pasar largos periodos de abstinencia.
- Si practica muchas dietas diferentes, acabará por desanimarse y, además, su cuerpo, a la larga, lo notará. Se produce el llamado efecto «yo-yo»: se pierden unos kilos que, enseguida, se recuperan y hasta se ganan de más, por lo que debe hacerse otra dieta, y así sucesivamente. No debemos estar siempre a dieta, y tampoco es saludable que saltemos continuamente de una a otra.
- Cuidado con las bebidas alcohólicas, ya que aportan muchas calorías «vacías», además de propiciar la retención de líquidos.
- Los alimentos light no son adelgazantes, tienen pocas calorías pero si los consumimos en grandes cantidades podemos hasta engordar.
- Es más fácil eliminar 100 calorías procedentes de frutas que de grasa (embutidos). La razón es que las calorías de la fruta son de rápido empleo, mientras que las de la grasa se acumulan fácilmente en los adipocitos, las células grasas que hay debajo de la piel.
- Los alimentos integrales y aquellos con elevado contenido en fibra tienen menos posibilidades de engordar, ya que la fibra que incluyen arrastra gran parte de la grasa que puede existir con ella en el intestino y se absorbe una menor cantidad.
- A la hora de hacer dieta, puede comer de todo, siempre y cuando la cantidad total de comida suponga un aporte calórico inferior al que consume con su actividad.
- Tenga en cuenta que el ciclo menstrual facilita el aumento de peso por la retención de líquidos que se genera durante los días previos y en la propia menstruación.
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