Es uno de los más grandes árboles de nuestros bosques; de hojas aladas, flores desprovistas de cáliz y de corola, y de madera dura y blanca, flexible y veteada, cuyos nudos son muy buscados por los ebanistas. Este árbol se encuentra muy extendido, especialmente por las regiones de México.
Como empleo que puede darse a las partes que configuran la planta, veamos lo siguiente: la corteza y la madera como astringentes; las hojas son purgantes y los granos, acres y amargos, se recomiendan contra la hidropesía. La corteza en polvo se emplea como febrífugo a la dosis de 8 a 24 gramos y este remedio debe repetirse de tres a cuatro veces durante el día.
Para usar el cocimiento, se echan 30 gramos en un litro de agua, se añade un poco de menta mezclada con polvo de pimienta, y del conjunto se obtiene un líquido que, tomado por la mañana y por la noche durante 30 días, curará los dolores reumáticos. Si se toma la corteza, sea en polvo o en cocimiento preparado con vino, constituye un elemento de combate muy eficaz contra las fiebres, la gota y el escorbuto.
De todo lo expuesto se desprende que la Naturaleza no ha dado vida al fresno como simple árbol o planta de embellecimiento de los bosques, sino que le ha dotado también de importantes propiedades curativas para beneficio del hombre enfermo e incluso del sano.
Como empleo que puede darse a las partes que configuran la planta, veamos lo siguiente: la corteza y la madera como astringentes; las hojas son purgantes y los granos, acres y amargos, se recomiendan contra la hidropesía. La corteza en polvo se emplea como febrífugo a la dosis de 8 a 24 gramos y este remedio debe repetirse de tres a cuatro veces durante el día.
Para usar el cocimiento, se echan 30 gramos en un litro de agua, se añade un poco de menta mezclada con polvo de pimienta, y del conjunto se obtiene un líquido que, tomado por la mañana y por la noche durante 30 días, curará los dolores reumáticos. Si se toma la corteza, sea en polvo o en cocimiento preparado con vino, constituye un elemento de combate muy eficaz contra las fiebres, la gota y el escorbuto.
De todo lo expuesto se desprende que la Naturaleza no ha dado vida al fresno como simple árbol o planta de embellecimiento de los bosques, sino que le ha dotado también de importantes propiedades curativas para beneficio del hombre enfermo e incluso del sano.
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