Son pequeños quistes sebáceos que se forman, generalmente, en el área de los párpados. Su aparición se asocia, entre otros factores, con un sistema inmunológico debilitado y con la falta de ciertos nutrientes esenciales en el organismo.
En los niños, los orzuelos provocan que el ojo se vea hinchado, asemejándose al aspecto que toma con un golpe. Los padres notarán que este quiste es rojizo y aparece en una sola parte del párpado, como si fuera un grano rojo. Su presencia puede estar acompañada de molestias, secreción y lagrimeo.
• No aplicar hielo ni compresas frías para tratar de disminuir la hinchazón.
• Frotar un anillo de oro y pasarlo por el orzuelo dos o tres veces al día. En la Antigüedad, las sales de este metal precioso eran empleadas con fines antünflamatorios.
• Aplicar un paño empapado en agua caliente y dejarlo de tres a cinco minutos. Efectuar este tratamiento varias veces al día hasta que el orzuelo se abra, drene y desaparezca.
• Si en un periodo de dos semanas el orzuelo no ha desaparecido, será necesaria la visita al oftalmólogo, quien prescribirá un tratamiento con un antiinflamatorio local.
• Prevenir este tipo de afecciones, a partir de la nutrición. Los cuadros anémicos, por ejemplo, pueden causar este tipo de problema, por lo que se aconseja darle al pequeño frutos secos, lentejas y espinaca.
• Lavar la zona afectada dos veces al día, con una mezcla de dos gotas de tintura de bardana y dos de eufrasia.
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