El organismo cuenta con unos 100 ganglios situados en lugares estratégicos. Pertenecen al sistema linfático, una red de capilares que actúa como filtro y se encarga de depurar toxinas del organismo.
Su principal función es luchar contra las bacterias, que pueden provocar todo tipo de infecciones. Para comprobar que no haya ninguna alteración, tú misma puedes palparlos recorriendo con los dedos los lugares donde es más habitual encontrarlos:
- En el cuello. Se sitúan en los laterales, en sentido vertical.
- En la mandíbula, justo por debajo y a ambos lados de esta zona.
- Detrás de los oídos y de la nuca son dos puntos donde tienen más presencia.
- En ingles y axilas. Son otros de los lugares donde más se dejan notar. Puedes aprovechar la autopalpación mamaria (en el segundo caso) para revisarlos, y es mejor estar tumbada. En cambio, para revisar la cabeza y el cuello es más conveniente que estés sentada.
Causas frecuentes y poco graves
Las infecciones son la causa más común y, en estos casos, la inflamación aparece de forma repentina. Para detectar el origen hay que valorar la textura, movilidad y grado de dolor de los ganglios.
Los motivos pueden ser:
- Infecciones como amigdalitis, paperas, otitis, abscesos dentales, inflamación de las encías y úlceras bucales.
- Medicamentos de uso poco frecuente y ciertas vacunas inflaman los ganglios como efecto secundario.
- Trastornos inmunitarios y la artritis reumatoide también pueden causarlo. Si la inflamación responde a una patología leve y común, el dolor suele desaparecer en pocos días y sin tratamiento. Duelen debido a que en las primeras etapas de lucha contra la infección se inflaman rápidamente, pero tardan bastante en normalizar su tamaño.
Consulta con el médico si pasadas varias semanas no disminuyen, si se enrojece la zona o está muy sensible y también si están duros o se acompañan de sudores y fiebre. En el caso de que los ganglios se inflamen poco a poco y al palparlos no duelan, pueden revelar la presencia de un tumor.
El ganglio centinela
En cada zona (cuello, axilas, ingles...) los ganglios están unidos entre sí formando una cadena. El primero de esa serie es el ganglio centinela, y su análisis está muy relacionado con algunos tipos de cáncer, sobre todo el de mama, aunque estudios recientes ya lo están probando en cáncer de estómago y colon.
Si el estudio muestra que contiene células tumorales, se procede a la extracción de toda la cadena y así se evita que el cáncer se extienda. Su análisis es muy útil porque puede evitar intervenciones innecesarias, ya que la extirpación de los ganglios conlleva efectos secundarios.
Los casos más serios
Cáncer linfático. Algunas veces, la inflamación se debe a un tumor que afecta directamente al sistema linfático. Se suele controlar bien si se diagnostica en los primeros estadios de la enfermedad. Hay dos tipos de cáncer linfático: linfomas o enfermedad de Hodgkin (LH), denominados así por el doctor Thomas Hodgkin, que los descubrió, y los linfomas no Hodgkin (LNH)
El linfoma LNH es el más común. Los ganglios afectados son los cervicales o los ubicados encima de la clavícula. Los síntomas son fiebre, transpiración nocturna, agotamiento, pérdida de apetito y dolor de huesos. En el LH se inflaman los ganglios del cuello, las axilas y las ingles, que al tacto están duros pero no molestan. Además de los síntomas anteriores, puede haber picor en la piel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario